Destino – 6ta parte


“El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos” – William Shakespeare

 

Realmente la conocí por accidente, estaba por encontrarme con unos amigos para salir y le mandé un sms desde mi celular a uno de ellos diciendo: “¡Apúrate pues carajo, si no te mato!”, mi celular era nuevo, sin agenda, y en vez de marcar un ocho puse un cinco, y le llegó a ella, no lo supe hasta que contesto: “jajajaja La persona que vas a matar no lee este celular”. Imagínate como te pones al leer un mensaje así, primero me dio risa, luego una ola de vergüenza por lo sucedido, no sabía qué contestar o si debía hacerlo, después de pensarlo un momento mandé otro sms pidiendo disculpas, que me había equivocado sin dar mucha explicación y recibí una respuesta amable, “no te preocupes decía, suele pasar.”

Me nació en ese momento dar explicaciones, no sabía la verdad quien estaba al otro lado del teléfono, si sería un hombre o mujer, joven o viejo, o quizá un niño, pero a veces uno siente esos impulsos de buena vibra que me dieron luz verde para hacerlo. Esa noche intercambiamos cuatro mensajes más, lo crean o no por la sutileza de sus mensajes intuía que era una mujer.

Ese fin de semana, yo había contado la historia por lo menos unas cinco veces, de alguna u otra forma pensaba en lo sucedido, de pronto una tarde llego un mensaje: “¿Hoy vas a matar a alguien también?” Así comenzó todo, el texto me pareció lo suficientemente sarcástico, divertido y sobre todo atrevido por enviarlo, y empezamos a intercambiar sms durante una semana, pasó poco para despejar dudas, sabía ahora que era mujer, vivía en la misma ciudad y era cuatro años menor que yo.

De allí pasamos a intercambiar correos electrónicos y una cuenta para poder chatear, ya viendo nuestras fotos en las redes sociales, un día quedamos en ir a ver una película, estoy seguro que ella tenía tantas ganas como yo de que eso pasara, pero de todas formas dejamos que fluyera y todo caiga por su propio peso.

Ahora en retrospectiva veo que todo fue encajando perfectamente, ¿destino? ¿Estamos programados todos para este tipo de eventos? ¿O eventualmente nosotros lo creamos y decidimos como queremos que sea? no lo sé. De lo único que estoy seguro es que un accidente me presento a una total y completa desconocida que movió los cimientos de mis estructuras, con su nueva, fresca y peculiar forma de ver el mundo logró un cambio en mí.

Esta desconocida y este desconocido no dejaron de verse, cada vez más seguido, y cuando no, compartían sus experiencias por todos los medios imaginados, mensajes al celular improvistos, conversaciones por chat informales, llamadas súper cortas, mails con aclaraciones y muchas invitaciones, tazas de café por aquí y por allá, y las interminables caminatas por la ciudad.

Siempre pensé que si eso no era amor, que otra cosa podría ser. Tenía una mezcla de todos los sentimientos en mí: podía crear con la palabra, escribir, cantar y soñar, tenía ganas de hacer todo, y como dije, empecé a sentir ese amplificador de emociones cuando estaba junto a ella.

También, lamentablemente, descubrí que era capaz de sentir, de expresar y vivir los sentimientos opuestos, la inseguridad de ser quien ella necesite, los celos de que comparta con otros y eventualmente perderla. Cuando me molestaba lo hacía con una pasión desbordante, ahora que lo recuerdo si me viera en ese instante me daría miedo, era desmedido e injusto para el momento.

Mis amigos, familiares y conocidos, expresaban su felicidad por mi nueva relación, expresaban también su preocupación cuando nos alejábamos y me hundía en una depresión, sentir que estaba parado en el péndulo de mis emociones que saltaba de un lado a otro a velocidades inimaginables: me asustaba.

Esta compleja e increíble mujer, fue mostrando poco a poco a quienes conformaban su directorio, fue admirando y amando a quienes eran parte de este, y en determinado momento perdí la noción de quien era quien y cuál era su propósito, mi directorio de cierta forma fue manipulado, desarmado y burocráticamente desecho. Hoy después de mucho reflexionar, ya no siento que haya sido un complot, pienso más bien que fuimos el resultado desmedido de jugar con los limites.

–   ¿Y donde esta ella ahora? –preguntó un nuevo amigo, de esos amigos que se hacen en las noches en que uno bebe junto con los turistas en una playa de Aruba – ¿está aquí? – continuó preguntando como rompiendo el silencio que se había hecho en la mesa tras mi historia y tras el silencio de la primera pregunta.

Eran cerca de las cuatro de la mañana, me metí tanto contando la historia que no caí en cuenta que se fueron sumando a la mesa varios extraños como encantados por mi relato.

–  Venga vamos a dormir – interrumpió Pablo, mi viejo amigo, que me trajo a descansar a Aruba, y ahora esta interrumpiendo el relato para llevarme a dormir.

–  No, no – protestó el improvisado público – ¿¡Qué sucedió!? ¡Que continúe!

–   Jajajajaja – se reía Pablo, agitando las manos como apaciguando y pidiendo silencio a aquellos amigos espontáneos – yo les voy a decir que sucedió

Logro la atención que quería, algunos parados, otros sentados, pero todos en silencio lo miraron mientras él me tomo del brazo y me jalo lentamente, y ya cuando estaba lejos de todos les dijo: Las vidas y almas de los dos enamorados jóvenes se fueron para siempre y juntos de regreso al cielo.

 

  2Comments

  1. Jesus Karel   •  

    No soy un experto en nada. Pero se cuando algo me gusta mucho y cuando no, soy lector tuyo de hace un par de semanas no te leeo siempre, procuro guardar cierto espacio y tiempo para que tus textos no terminen. En particular este relato o no se como poderlo describir es demasiado bueno, me gusta el ritmo que llevas contando tu historia por algo los turistas estaban cautivados escuchando tu pasado.
    Solo queria decir que me gusta mucho como escribes y lo que escribes.

    • Claudio Morgan   •     Author

      Gracias Jesús, es un gusto para mi contar con tu comentario y tu presencia en este espacio, vuelve pronto, gracias por tus palabras, un abrazo

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