La Espera – Cuento

Terminó de hojear la última página de una revista que tomó del estante y se quedó pensando que definitivamente no llegaría su cita, no se quiso molestar en ver el reloj, lo sentía evidente, ya el sol se había ocultado hace rato y la mesera pasó con desdén varias veces por su costado, se animó a pedir un café.
Una súbita secuencia de imágenes inundaron su mente, empezó a recordar a todas y cada una de sus amantes, sonreía, se sintió bien con quienes compartieron momentos con él, se abstrajo totalmente en ese momento, acomodó su silla hacia la ventana, y el mundo que pasaba frente a él era una imagen que no le decía nada en comparación a sus deleites, a sus recuerdos.

Hizo una pausa y reflexionó sobre el término: amantes. No las sentía así, al contrario, pensó que esos momentos eran tiernos y que cada cual contenía un sentimiento especial. Hizo una nueva pausa, imágenes nuevas aparecieron en su cabeza desmintiendo su última postulación, de tiernos no tenían nada pensó, sonrío al sentirse travieso, bajó la mirada y con un sorbo de café cortó su risa.

Esta vez recordó a sus “ex”, ahora sí sintió una terrible mezcla de sentimientos, intentó distraerse pero no pudo, no sabía si sentía sólo pena, nostalgia, o quien sabe qué por aquellas personas que, ahora sí, sentía que fueron momentos especiales en su vida. Las recordó una a una, con esa capacidad que tiene el cerebro humano de hacerte un resumen visual en micro segundos, desfilaron frente a él los primeros momentos, los mejores, los determinantes, los peores, la separación, los re encuentros hasta concluir con las imágenes actuales. Recién caía en cuenta que todas y cada una de ellas tenían hoy por hoy un compromiso… se sintió solo, sentía pena de no haber concretado nada con ninguna de ellas, no sabia si aun las quería o amaba, al menos a alguna de ellas o era un reflejo sutil de los celos que sentía en ese momento.

Se molestó, él aun no estaba casado, ni tenia hijos, y sin un compromiso serio a la vista. Añoró la sensación de estar con compañía, de ir de la mano de alguien especial, de compartir momentos, de despertar un fin de semana en compañía. Recordó a quien le plantó en ese momento, se indignó. No sabia cómo acababa de llegar a ese estado de ánimo, si hace unos minutos sentía gozo por los recuerdos placenteros, “vacíos” sonó con eco en su cabeza, ya no quiso pensar, tomó nuevamente la revista que cerró hace un rato y la empezó a hojear, no veía nada, “celos” retumbó en su cabeza, miraba a su alrededor y veía parejas, cariños, familias, grupo de amigos, amigas, “solo” era el susurro que sintió varias veces en sus pensamientos, levantó la mano, no lo veían, se molestó aun más. Movió bruscamente su mano, hizo una señal pidiendo la cuenta, miró su reloj, tomó el celular, recorrió los números mientras pensaba en llamar a alguien a distraerse, pero ¿a quién? Este no, no, menos, no, no, no, puede ser, no, no, no, no… su cuenta señor, interrumpió la mesera mientras la dejaba en su mesa, él la vio con una sonrisa forzada, dejó un billete y se olvidó del celular, volvió a ver su reloj, pensaba en entrar al cine, o ver tiendas, no sabia que hacer, le trajeron el vuelto, lo contó, lo guardó, tomó la boleta y notó una anotación, era un correo electrónico y una nota que decía simplemente: escríbeme, se confundió, levantó la mirada y vio a su mesera que le sonreía detrás del mostrador, no entendió, le devolvió la sonrisa, una serie de imágenes pasaron por su cabeza, se sintió coqueto, dejó una importante propina, se paró, guardó el papel y se fue.

  3Comments

  1. Sylvia   •  

    Y que paso con la mesera??
    Me identifico con esa envidia sana, de lo que aun no se tiene, pero que, como todo lo que se quiere se tiene que construir…se tiene que empezar por algo… Mientras en mi caso diría que aparezcan mas «meseros»… o mas bien habrá que ser como la mesera? Ja

    • Claudio Morgan   •  

      que te puedo decir, puede que no pasara nada, o quizá todo, el mensaje quizá es que aveces la vida va sucediendo mientras haces planes (como diría Lennon) y que detalles van otros vienen y te pueden cambiar el día, para bien o para mal 😉

  2. ARELY CALDERON   •  

    Pienso que todos los que aún estamos solteros y los que llevamos largoooooooo rato con ese status pasamos por eso, ambos escenarios: los buenos recuerdos de una relación linda o un ave de paso que te brindo satisfacción (conste que no lo digo únicamente en el plano sexual). Cuando me llegan esos momentos de melancolía por no tener pareja, reflexiono y veo que realmente no me la paso nada mal estando soltera y que bien es una etapa que durará lo que tenga que durar, pero mientras disfrutaré lo que tengo. Un abrazo

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